Cuando
lo razonable es adaptativo,
y
la lógica está fuera de lugar,
dicen
que se empieza a envejecer con dignidad.
Ahora
la responsabilidad es tu carnet de identidad,
deja
de ser urgente soñar,
otros
ya lo hicieron
y
si llegaron a un consenso
y
abandonaron sus sueños,
está
de sobra pensar.
La
asamblea no se suele equivocar,
o
es que quizá ya es tarde
para
volver a empezar,
pues
sería un tanto absurdo renegar
no
habiendo ya vuelta atrás.
Y
digo yo,
si
el tiempo apremia y no premia,
si
desconocemos el ir y el devenir,
¿por
qué ahorrar en besos, conciertos y desconciertos?,
¿no
es más lógico el derroche que el reproche?,
¿no
es más divertida una noche que la eternidad?,
¿no
es mejor cerrar la puerta y quedarse fuera?,
fuera,
claro está, de lugar,
y
sentirse libre para pensar.
P.
Castañeda.
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