miércoles, 25 de mayo de 2011

A un ilustre señor.

A un ilustre señor

¡Alarma, sorpresa!,
la sociedad convulsiona,
¿agresión sexual o violación?.
Viejo verde abusa de asistenta,
¡por Dios, que indignación!,
¡que la habitación era cara!,
de miles de euros la pernoctación,
pero, con desayuno incluído... ¿o no?,
¿de verdad asombra tanto la “perversión”?,
¿o que el Monsieur era un ilustre Señor?.

Con esa categoría y distinción
no es posible cometer tal error,
paga y calla... mucho mejor.

Mira que no ceder a los encantos del noble anciano,
un lujo, una vida mejor,
pero si a esos niveles no existe tal o cual “desviación”,
eso sí, a nadie asombra lo de su esposa,
que con mucha templanza y sumisión,
hace el papel de mujer laboriosa,
va al rescate del pobre viejo mamón,
¿qué va a hacer?,
son cosas de varones,
machos, animales, yo seguiría este orden, de menor a mayor,
pues hija, que lo zurzan, ¡por abusador!,
a ver si nos vamos enterando,
que el sexo es cosa de dos,
de tres, o de cuatro,
pero siempre con convicción, no hay billetes, ni cheques al portador,
ni violencia, ni fuerza que provoquen el deseo,
aunque seas viejo con dinero, Monsieur, ilustre Señor.



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