Soneto a la idiocia, hablar por hablar.
Si me he equivocado tanto con tantos
quizá esperé mucho de poco o nada
y aunque mis ojos estaban despiertos
permanecí en silencio, callada.
Son víctimas de sus miedos ocultos,
éstos movilizan a la manada
que hipnotizada tras los cuenta cuentos,
hablan y hablan y no cuentan nada.
Nunca consideran una derrota,
y todas las empresas son victorias
cuando las rememora un idiota.
Oscuras inteligencias valdías
que piensan que pensar es una anécdota
y como las ovejas pasan los días.
Imagen y texto, P. Castañeda, J. M. Delfín.
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