Poeta
y filósofo judío nacido en Málaga en 1021, al quedar huérfano en su ciudad
natal tuvo que trasladarse a Zaragoza donde recibió educación y la protección
del visir judío del rey Mundir II, cuando su protector fue asesinado en la
rebelión contra Mundir II, hubo de trasladarse a Granada en busca de otro
protector, Samuel ibn Nagrela pero debido a sus malas relaciones tuvo que
marchar de nuevo a Zaragoza. En 1045, se enfrentó a la comunidad judía de
Zaragoza hasta que se vio obligado a emigrar hacia Valencia sobre 1050, donde murió.
El carácter de Salomón Ben
Gabirol era difícil pues sufría de una
enfermedad de la piel que le producía un gran sufrimiento físico, al tener que
permanecer aislado durante mucho tiempo, se refugia en la filosofía buscando un
pensamiento propio inspirado en el neoplatonismo y Aristóteles.
La
leyenda cuenta que fue asesinado por un musulmán que envidiaba su conocimiento,
su asesino lo enterró bajo una higuera, que sorprendentemente empezó a dar
preciosos frutos, este hecho llamó la atención del rey, que interrogando al
dueño del jardín, acabó confesando el crimen, la parábola hace referencia al
desprecio y persecución que sufren los grandes pensadores y que una vez han
fallecido, entonces, empieza a recogerse el fruto de su saber.
La
obra más importante es Fons Vitae, la Fuente de la Vida, obra en la que se
desarrolla el pensamiento filosófico de Ben Gabirol, y en la que se hace
referencia a la materia y forma aristotélica. Otras obras son “El Libro de la
corrección de los caracteres”, es un libro de moral práctica, de tipo
educativo, en el que se realizan observaciones psicosomáticas relacionadas con
la moral virtuosa o viciosa, también se hace referencia a los humores de
Galeno, es un libro sobre las pasiones humanas.
“La
Selección de perlas”, es una colección
de 652 sentencias morales, bíblicas,
griegas, latinas, hindúes o árabes, en esta obra se muestra su mente abierta.
Y
por último “La corona real”, excelente poema de cuarenta cantos.
Lamentación
Perdido
en mitad de la juventud, te despiertas,
no duermas, observa,
Los
días de juventud como las nubes pasarán,
En
breve, las tardes caerán, te verás como la hierba marchita,
A
pesar de que por la mañana viste azucenas volando al viento.
A
pesar de que al amanecer te sentiste
como una azucena al viento.
Interpretado
y adaptado, P. Castañeda.
Fotografía:
P. Castañeda, J. Delfín.
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